Empezaron
una insoportable conversación, aburrida e insulsa. Era sin lugar a duda una
trivialidad fuera de lugar. Por alguna extraña razón sentía que debía pedirle
permiso. ¿Era él acaso parte de si o era parte de ella? No era una imprudencia,
debió haberle preguntado. En su cabeza reflexionaba sin encontrar una respuesta
“soy de ella” pensó.
Pero
esto era algo extraño en su actitud, era muy diferente, casi nuevo para él.
Para él era una típica escena de celos que había echado a perder la
conversación, momentos atrás reían, sonreían y se miraban tiernamente y ahora
la frágil y encantadora conversación se había tornado insoportable, difícil de
sostener.
Ambos
sintieron reproche y asco hacia todo, pero él se preguntaba cuál era la acción
o palabra que había dicho para que esta se convierta en un arma de doble filo y
terminase lastimándolos a ambos. Por más que lo analizó no lo comprendió.
“¿Qué
hice mal que a sus ojos es el producto de un repentino cambio de estado de humor?” pensó. Se dio cuenta rápido de que los cambios de humor de la muchacha amada
en él producían un cambio ilógico y repentino en su plano emocional, le
afectaba directamente al humor y le llegaba a lastimar emocionalmente.
No
cabía a duda ninguna posibilidad más que esta única: se han lastimado.
Indirectamente le ha lastimado, se ha vuelto sumiso y débil ante el amor, se
siente desnudo, dócil y necesitado, no puede creer por qué ella lo ha escogido
a él, se siente desarmado, trata de comprender por qué no puede creer que él
pueda acariciar su mejilla, intenta creer que es autosuficiente, pero no lo es,
está desarmado y a merced de ella.
Lo
que un fuerte sentimiento e indiferente al mismo tiempo por educación se ha
convertido en un terrible ataque de celos, se han provocado daño ambos, ella
con sus pensamientos al creer que él no la prefiere, él se ha causado daño por
creer sentir el estado de ánimo de ella… Se lastiman sin lógica, pero es algo
sentimental, algo que su alma siente.
Él
ahora es más humano, él antes era desalmado y un descarado, hoy siente
compasión, sintió en su piel el escalofrío y en su corazón el dolor, sintió que
esa herida le hirió más de lo que él pensó, se cree muerto… ¡No lo está! Aún lo
siente todo, sabe cuánto le lastima.
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