Un
día un joven adolescente y su madre fueron al hospital a visitar a un pariente
que estaba con un cáncer en etapa terminal. Al ver el joven a su pariente
conectado a los aparatos que le mantenían con vida este pidió a su mamá que si
le ve algún día en ese estado que lo desconecte ya que él no quiere vivir en
tal condición, dicho y hecho, la madre al llegar a su casa le quitó al joven su
celular, las consolas de videojuegos, la computadora, televisión y demás
aparatos. En efecto el joven murió.
sábado, 27 de abril de 2013
lunes, 22 de abril de 2013
Redacción rápida I
Gritó,
gritó, gritó. Su vida pútrida se tornó, no había sentido para ella, no entendió
nada. Sus sentimientos tácitos, ciegos y cansados se tornaron, lo único que
su anima deseaba era gritar pero
callaba, la desesperación apareció y el desesperado se suicidó.
No
había ninguna razón, solo el simple hecho de pensar le incomodaba. “Cuan vacía
era mi alma” pensaba. Escapa se gritaba, escapar deseaba. Pero ¿por qué? El no
notaba que un cambio le esperaba, él no lo entendió y mucho menos indagaba.
“Indagar…
yo lo único que quería es salvarme” se decía a sí mismo, lloraba en silencio.
No había nadie que le consolase. Ya excitado de tanto dolor y pérdida de su
turbia mente, se levantó de dónde se encontraba. Deambuló. Vio por la ventana y
lloró, “por qué me has dejado” murmuró. “¿Por qué?” inquirió.
Sentía
que algo le seguía. Palpó su hombro y recordó las últimas palabras que de ella
escuchó “la única forma en que nos lastimemos es que uno de nosotros muera,
perdóname”. Al recordar esto se suicidó.
Venganza
Una
noche antes del asesinato. Lugar diremos que mi casa. Medianoche.
Reposo
sosegado sobre mi cama. Observo el techo. Trato de olvidar, no puedo. Es
imposible. Jamás sentí tanto odio y dolor. Cavilo unos instantes. Me levanto
muy tranquilo, sereno para ser exactos, en mi mente está dibujada la silueta de
mi enemigo, ese cobarde agresor. Jamás fue capaz de enfrentarse a mí… quiso
derrotarme de otra manera, no pudo.
Aquel que se consideraba mi amigo está ya muerto para mí, le evito, le soy tajante, le odio. Hoy con un carácter psicópata reflexiono cuál será su castigo. ¿Qué formas de deleitarme con su sufrimiento será para mí la mejor venganza? Quizá atacar a la que más quiere. Quizá humillarle. Quizá matarle. No sé.
Las
dos primeras ideas las realicé, las conseguí. Conquisté lo que más amaba, la
destruí. Humillarle lo he hecho, lo puedo hacer cuantas veces quiera, cuantas
veces desee. ¡Ah! Pero jamás realicé lo de torturarle y matarle, ¿cómo matarle? ¿cómo gozar con su muerte? Debe
sufrir antes de que muera.
Concretando
el plan. Frente a la casa del agresor. Atardecer.
Observo
de reojo por última vez al cargador. Seis balas en el cargador. Debo ser
cauteloso. El plan está estructurado, me amanecí elaborándolo no puede
estropearse la mala noche sumado a litros de café. Necesito más café. El
agresor sale de su casa. Se lo ve tranquilo. Estallo en carcajadas.
Frente
a la casa del agresor. Las manecillas del reloj suizo marcan 9:53 p.m.
Finalmente
logré colarme por la ventana, el agresor la dejó abierta. ¡Vaya patán! Aceleró
su muerte. Inspecciono la cocina, no hay café. Salí al comedor, no hay rastros
del bastardo. Registro la sala de estar, no hay nada más que unas grabaciones
caseras. ¡Espera! Las grabaciones son sobre mi novia, el agresor es morboso, le
ha estado espiando. Mi ira aumenta y aprieto con odio el arma.
En
el cuarto del agresor. Las manecillas
del reloj suizo marcan 10:01 p.m.
Mantengo
al agresor en la mira. El bastardo ruega por su inútil vida. Lo ignoro. Me
acerco a él y dibujo en mi cara una tétrica sonrisa. Estalla en sollozos. Le
golpeo con el arma en la cara, su nariz sufre una hemorragia, está rota. Sigue
rogando por su inútil vida. Lo ignoro. Alzo el arma. Apunto a su pecho. “Muere
infeliz” grito y halo del gatillo. El condenado cae ante mis pies. Sangra. Aún
no está muerto. Le pateo. Apunto de nuevo. Disparo. Finalmente está muerto.
jueves, 18 de abril de 2013
Desde Lejos
A verso libre empezaré a escribir,
sobre el amor, sobre ti amor,
¿sabes? Es difícil expresar
todo lo que amarte a ti,
produce en mí.
sobre el amor, sobre ti amor,
¿sabes? Es difícil expresar
todo lo que amarte a ti,
produce en mí.
A más de ser lo que yo más
amo,
a pesar de todo lo que por ti hago,
siento que nos falta algo…
una proximidad mutua, nos faltamos.
a pesar de todo lo que por ti hago,
siento que nos falta algo…
una proximidad mutua, nos faltamos.
El simple hecho de estar
tan lejos,
esa cruel realidad me da tristeza,
yo solo te quiero amar, estar junto a ti.
esa cruel realidad me da tristeza,
yo solo te quiero amar, estar junto a ti.
A diario me pregunto,
si vos piensas en mí,
perdona la vulgaridad del caso,
pero es que me debes disculpar;
me tienes tan tenso,
tan tranquilo,
solo pienso en ti.
si vos piensas en mí,
perdona la vulgaridad del caso,
pero es que me debes disculpar;
me tienes tan tenso,
tan tranquilo,
solo pienso en ti.
Antes todo era vacío,
era agrio y sin sabor;
hoy que estás conmigo,
se ha tornado bello
y muy dulzón.
era agrio y sin sabor;
hoy que estás conmigo,
se ha tornado bello
y muy dulzón.
Si no estás aquí me siento
solo,
un sentimiento recorre en mí,
me invade todo el alma
y me pongo a reflexionar,
¿por qué me siento solo?
¿pensará en mí?
un sentimiento recorre en mí,
me invade todo el alma
y me pongo a reflexionar,
¿por qué me siento solo?
¿pensará en mí?
No importa todas las
interrogantes,
por más que las piense,
sordo y mudo el silencio es,
es eterno, es tenso,
solo tu risa me alejará de él.
por más que las piense,
sordo y mudo el silencio es,
es eterno, es tenso,
solo tu risa me alejará de él.
¡Ah! Amada mía,
amor, corazón, cosita…
¡ah! Sabes, sabes…
Te Amo, pienso en ti.
Me haces feliz.
amor, corazón, cosita…
¡ah! Sabes, sabes…
Te Amo, pienso en ti.
Me haces feliz.
lunes, 15 de abril de 2013
El beso extraño
Con
cansancio entré arrastrándome a mi cuarto. Abrí de un portazo la puerta de
madera, lancé lejos la mochila que llevaba a hombros y dejé sobre el velador el
libro que tenía entre manos. Me tiré cuan largo era sobre la cama y gritando de
alegría exclamé “he llegado”. Con dificultad me saqué los zapatos, los malditos
con planta rígida castigaban a mis pies. Proseguí rápido a sacarme las medias,
el pantalón y la leva (como os fijáis estaba vistiendo terno). Abrí los dos
primeros botones superiores de la camisa blanca, desabroché las mangas e
intenté sacarme esta prenda pero el cansancio fue tan grande que decidí dormir
en camisa y bóxer.
Me
metí entre sábanas y cobijas, acomodé mi despeinada cabeza y reposé sereno
mientras pensaba en diversas cosas; el trabajo, aquella chica que quería, el
libro que tenía, aquel sentimiento de hambre que me invadía y los informes que
debía presentar… rápido supongo que me quedé dormido. Entre sueños oí una voz
muy peculiar era Ilse que me gritaba “la comida está servida” a lo que yo
vociferé “cállate viejo loco, ¿no veis que estoy dormido?”. Molesto e ignorante
de mi estado el mendigo perro que tenemos por mascota en la casa empezó a
aullar, “otra vez malnacido, ¡dije bien que no ladraras en mi cuarto pedazo de
can mendigo!” y acto seguido después de vociferar maldiciones al pobre animal
le golpeé con mi almohada.
Recuerdo
que el bendito animal salió con el rabo entre las patas y dejó que siguiera
durmiendo. Pero esta felicidad poco duró cuando entró la bruja que tengo como
compañera de piso a levantarme para que los acompañe en la comida. De mala gana
me puse - mientras murmuraba groserías - una pantaloneta que estaba en el piso
y salí del cuarto desaliñado. Al llegar al comedor vi a Ilse furibundo y me
ordenó sentarme, lo hice tranquilo. La cena de mal gusto, toda quemada y
horrible delataba que el cocinero es Ilse, tanto como yo o Anna toleramos a
nuestro fracasado chef y lo alentamos a seguir con su carrera culinaria, “¿hombre
cuando dejarás de quemar hasta el agua?” eran los comentarios mal intencionados
de Anna a lo que nuestro chef molesto respondía lo más grosero posible y
ordenaba que se callara.
Cuando
hube terminado la perra cena y levantando mi plato di las gracias al chef por
la horrenda comida, salí del comedor y me dirigí a la cama otra vez, esta vez
más furioso y deseoso de conciliar algo de sueño para reponerme del laborioso
día que hoy tuve en el trabajo, ¡jamás pensé que me sobreexplotaría el jefe!
Mientras conciliaba mi sueño en mi mente ya ausente del cansancio empecé a
pensar en Terne, esa chica que me gusta.
Sentí
que mis perdidos labios sentían rozar sus finos y rosados labios, el sabor a
cereza de su boquita me deleitaba y gozaba y para completar su cuerpo tenía un
olor a perfume el cual le daba un aroma seductor. Vivía ameno con dicho beso
cuando empecé a sentir que algo lamía mi cara, asombrado desperté y horrorizado
descubrí que los finos y rosados labios se tornaron gruesos y negros, empezó a
tener un sabor a pescado y el cuerpo del canalla que me había besado desprendía
un hedor a mojado de vagabundo que jamás se había bañado, en efecto era el
perro bastardo el que me había besado.
viernes, 12 de abril de 2013
Falso Reflejo
Ante
un espejo encuentran a un joven hombre, con largo pelo greñudo y con un aspecto
físico desaliñado. Está muerto, pero su cara alberga una satírica sonrisa, su
mano fría mantiene tacto en la superficie del espejo. Una carta escrita a mano
con una hermosa y legible letra inglesa se mantiene entre sus garras, el
forense toma la terrorífica carta y la examina.
***
Hoy
ya me siento cansado, no de esta vida, ni de la futura, sino de la anterior.
Siento que perdió sentido hoy veo frente de mí ese reflejo, esa realidad
encerrada dentro de ese espejo, me estoy viendo yo. Añoro aquellos pasados años
en que antes con gran rebeldía apoyaba esas viejas ideologías y buscaba algo “mejor”,
hoy han muerto, cambié yo mi ideología sólo me importa este reflejo, mi reflejo.
Mi gran barba, mi largo pelo negro greñudo, mi aspecto desaliñado y mi mente
desorbitada es lo poco que queda de mí… a más de este espejo está claro.
Antes
me sentí esclavo, cansado, débil, harto de mi antigua vida… aquella que maté
con mi decisión de alejarme de todo, aquello que me daba un infame futuro
infeliz. ¡Ah!, qué hermosa mueca que dibujó ese reflejo, soy aún yo, ¿sigo
siendo bello? A los ojos que juzgan de otros iguales a mí, ellos se dicen
personas cuando no son más que monos bastardos jugando a ser humanos, esos
hipócritas que a sus ojos me califican estéticamente feo y dudan de mi cordura.
¡Sus comentarios no me importan! ¡Juzguen esclavos!
Me
exasperé recobraré la calma, listo lo he logrado. Muchos encuentran en un
espejo su reflejo estético, se quedan atrapados en ser aceptados ante los ojos
de la sociedad, desean ser amados por lo que no son, no tienen los huevos
necesarios para ser amados por lo que son, sienten miedo de ellos mismos e
intentan ser mejor lo que no son, se reflejan falsos. En cambio yo un cuerdo
catalogado loco, apócrifo y antipático he visto en este espejo no la belleza
estética, sino la belleza de la humanidad.
¿Os
preguntáis qué diablos hablo? Fácil responder a ustedes, mientras ustedes ven
al mundo como un reflejo mentiroso de lo que no son, yo veo al mundo de forma
real. Lo veo exacto como es. Para ustedes los que se dicen normales si ven el
mundo desde su perspectiva me darán un falso reflejo, me dirán que lo que
importa es agradar al qué dirán, tener dinero, ser amados, estar a la última
moda y mentir lo que no son para ser aceptados… ¿es acaso ese el verdadero
reflejo?
Ahora
si me permiten dar mi opinión sobre el real reflejo sería sencillo para mí
salvarles de su locura, mi mundo es fácil y sencillo, pero turbio y salvaje,
pongan atención si quieren o dejen de hacerlo. A diferencia de ustedes yo no
ruego. El reflejo del mundo real es mostrarse cómo realmente son, hacerse amar
por lo que son, no poner atención al qué dirán esto lo hacen sólo por envidia
aquellos hipócritas que no pueden ser felices por lo que ya son, luchar por un
objetivo real no aquel que lo hacen por moda… en fin, el reflejo real
simplemente es mostrar tal cual son.
Ahora
todos me miran por irme en contra de su reflejo, ¿por qué me miran a mí?, si
ustedes son los locos.
***
El
forense identificado con dicha carta, la arruga y la arroja en un basurero. Sus
compañeros preguntan el porqué de su acción, a lo que él responde que es una
tonta carta de un desquiciado y deben descartarla. Se acerca a tomar unas
fotografías al cadáver, cuando alza su vista y se observa al espejo se ve
pútrido y enfermo. Observa taciturno una rara mueca que no le pertenece y escucha que una voz masculina le susurra al
oído “falso reflejo”.
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